27 de noviembre de 2009

Las víctimas no son culpables

Las víctimas no son culpables
Miguel Iturria Savón

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - Luis Hernández Serrano
publicó en el diario Juventud Rebelde el artículo Tres acontecimientos y
un solo culpable, en el que retoma hechos desatados en Europa en 1939,
"que tuvieron en común las ambiciones hegemónicas de poder ilimitado, el
militarismo y las pretensiones expansionistas de Adolfo Hitler".

El cronista se refiere a la agresión a Polonia, a la resistencia de los
jóvenes contra "la bota nazi que pisoteó la capital checoslovaca" y a la
Operación Bernard, montada por el gobierno alemán para falsificar
billetes de Inglaterra.

Llama la atención que al refrescar estos hechos "aparentemente
inconexos", omita la complejidad de la invasión a Polonia, ocupada
además por tropas de la Unión Soviética; mientras carga la mano en la
sublevación de Praga del 17 de noviembre de 1939, cuyo heroísmo juvenil
generó después celebraciones estudiantiles analizadas por el
comunicador, quien sintetiza también la maestría de los falsificadores
nazis, empeñados en minar el poderío financiero de los ingleses.

El cronista del diario de la juventud no se tira a fondo en algunos
detalles de los hechos evocados. Es bueno censurar al nazismo alemán, el
fascismo italiano, el falangismo español y otros ismos desastrosos.
Sabemos que Adolfo Hitler (1889-1945) desató la Segunda Guerra Mundial
al invadir a Polonia y otros territorios europeos, donde sus tropas
cometieron crímenes insólitos.

El periodista obvia que tanto Polonia como la República Checa sufrieron
la presencia militar rusa, cuyo gobierno comunista firmó un pacto previo
con Hitler para repartirse el pastel europeo. Sólo en Polonia los
militares soviéticos masacraron a 22 mil oficiales del territorio
conquistado. En 1945, como resultado de la contienda bélica, las tropas
de la Unión Soviética impusieron gobiernos afines en parte de Alemania,
en Bulgaria, Checoslovaquia, Hungría, Rumania, Yugoslavia, Albania y
Polonia. En 1956 sus tanques aplastaron a los húngaros que cuestionaron
el socialismo, y en 1968 abatieron en Praga a los reformistas del
Partido Comunista.

Tanto en los países ocupados por Alemania, como en las naciones
invadidas por la Unión Soviética, hubo crímenes de todo tipo y una
resistencia tenaz o solapada. El dominio alemán cesó en 1945. El de la
Unión Soviética se extendió hasta 1991. ¿No es tiempo ya de que al
abordar el pasado nuestros periodistas se olviden de la filiación cubana
al desaparecido bloque socialista y sacudan toda la verdad?

Hasta el coronel Putin, ex Presidente y actual Primer Ministro de Rusia,
habló en noviembre de 2008 de los millones de víctimas del régimen
comunista de su país. Los investigadores de las naciones ocupadas han
documentado el costo humano del experimento socialista. Tanto en la
República Popular China como en Mongolia, Kampuchea y Corea del Norte se
barajan las cifras de la barbarie. En Cuba todavía.
Vale recordar la barbarie propia y ajena. ¿Cuándo reportará la prensa
cubana la caída del Muro de Berlín, los sucesos populares contra
Ceausescu en Rumania o las imágenes de los tanques chinos que sepultaron
a miles de estudiantes en la Plaza de Tiananmen en 1989?

Al leer las verdades a medias de Luis Hernández Serrano, se piensa que
ya es tiempo de sacudir la censura, la autocensura y las filiaciones
tardías. Los colegas de la prensa oficial deben leer El libro negro del
comunismo, que ilustra una barbarie que supera a los millones de
víctimas del nazi fascismo alemán y el militarismo japonés.

Cuba: Las víctimas no son culpables (27 November 2009)
http://www.cubanet.org/CNews/y09/noviembre09/27_C_3.html

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