27 de junio de 2010

El magro pan de la dictadura

Publicado el sábado, 06.26.10
El magro pan de la dictadura
By AMERICO MARTIN

La impresionante victoria de Juan Manuel Santos ha dejado un racimo de
enseñanzas para nuestra agobiada América Latina. La profundidad de
debates y programas, la calidad de los candidatos, la paz y la
caballerosidad de los dos finalistas muestran la fortaleza democrática
de un país que pudo haberse derrumbado al impacto de tenaces enemigos.
Santos continúa a Uribe y puesto que casi triplicó a su gallardo rival,
quedó clara la voluntad de paz con energía que hoy anima a los
colombianos, incluso a quienes respaldaron a Mockus, quien durante
fecundos intercambios prometió ser más duro con las FARC que el propio
presidente. Los ambientalistas lograron un respaldo inalcanzable para
sus émulos del mundo y el ciberactivismo compitió con las formas
tradicionales del hacer político.

Una cascada informativa habla de los avances de Colombia en todos los
terrenos. Dejó de ser el primer productor de cocaína del planeta y pese
a la contumacia de las golpeadas FARC y las mafias del narcotráfico,
estará entre los primeros en superar este año la crisis
económica-financiera mundial con inflación de un dígito. El liderazgo
político que hoy se aprecia, representativo de todas las corrientes del
pensamiento, es sólido y democrático. ¿Qué más puede pedirse?

Desde mediados del siglo XX se asociaba el progreso económico con la
dictadura, si militar mejor. Le calzaba a estas tierras la obra de
Dudinsev No sólo de pan vive el hombre. La disidencia se refugiaba en
una gran causa aunque aparentemente insuficiente: la libertad. Sin
embargo las viejas dictaduras fueron barridas del mapa, la última, la de
Augusto Pinochet. La hornada que la sustituyó fue la de los caudillos
revolucionarios, cuyo guía fue Fidel Castro, el epítome diría, de las
dudosas hazañas protagonizadas por los nuevos autócratas. Esta flamante
generación de dictadores tiene vocación totalitaria. Todo ha de caber en
su puño. Pero con ellos se quebró la relación entre dictadura y
crecimiento. El crecimiento pasó al campo democrático y las cifras
estimadas para el cierre de 2010 lo claman al cielo, mientras Cuba,
Venezuela y Nicaragua agonizan.

Por ejemplo: en abril Perú democrático tras cuatro meses consecutivos
creciendo, alcanzó 9.26%. ¿Y cuál será su índice inflacionario estimado?
¡2%! Oigan bien: dos por ciento. En similares cumbres aparecen también
Brasil, Chile Uruguay, México, República Dominicana, Colombia y en
Centroamérica Panamá con un impresionante 5%. Esa costilla sureña
llamada Chile, modelo de democracia, será primera en producto per
cápita, índice de desarrollo humano y transparencia administrativa. Se
calcula que dentro de escasos ocho años será un país desarrollado del
primer mundo.

Y mientras se solidifican las democracias sobre un prometedor piso
económico, cabe preguntar: ¿cómo anda Venezuela, en cuya ``democracia
participativa'' el único que participa es Chávez? Pues bien pese a ser
un país petrolero obtendrá el penoso galardón de ser primero en
inflación continental, y último en crecimiento económico. En 6.2% se
hundió en el primer trimestre. Con esa graciosa fabla tan suya, lo
reconoció el presidente Chávez: ¿Caerá el PIB en 2010?: Seguramente,
pero es una excelente noticia porque nos permitirá construir el
socialismo bolivariano. Piedad, señor.

os tiempos han cambiado. La confrontación es ahora más cómoda:
democracia con libertad y crecimiento sin inflación vs dictadura de
opresión, decrecimiento y carestía. ¿Es Chávez un dictador? Que
respondan preferiblemente otros: la revista Foreign Policy elaboró una
lista de 23 tiranos mundiales. La encabeza Kim Jong Il; Castro y Chávez
figuran. ¿Tiene razón la revista? No lo aseguro, pero caramba por ahí
va. Y para corroborarlo, la Internacional Socialista denuncia, por
unanimidad, la expansión autocrática del personaje. Es una sola sombra
larga, el hombre, que se desvanece.

http://www.elnuevoherald.com/2010/06/26/752409/americo-martin-el-magro-pan-de.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario