11 de enero de 2012

La carne y la leche deben venir juntas

La carne y la leche deben venir juntas
Miércoles, Enero 11, 2012 | Por Ernesto García Díaz

LA HABANA, Cuba, enero, www.cubanet.org -La carne y la leche proveniente
del ganado vacuno siguen siendo una fuente nutricional habitual en la
dieta básica del ser humano. De todos los alimentos que se obtienen de
los animales y plantas, la carne es la que mayores valoraciones y
apreciaciones alcanza en los mercados, y ningún país está exento de la
acción del hombre en aras de su consumo legal o ilegal.

Cuba, en la década de los años 50 contaba con más de 6 millones de
cabezas de ganado (aproximadamente una res por habitante), lo que
garantizaba un consumo estable de carne, leche y sus derivados a la nación.

Con la instauración del régimen castrista y sus erróneas políticas
agrarias, se inicio un periodo de decrecimiento de la masa ganadera, con
una existencia de menos de cuatro millones de cabezas en el 2009, según
el Anuario Nacional de Estadística. Esto, con una población que rebasa
los once millones.

De tal forma que durante más de media centuria, hemos vivido un
panorama desolador e interminable de escasez de ambos productos en el
mercado, quedando marcado en todos los cubanos un programa restringido
de entrega de leche y yogur a los niños de 0 a 13 años. Los mayores de
14 años, jóvenes, adultos y ancianos que no requieren dietas médicas
quedan desprotegidos.

En medio de esta penuria alimentaria, no se avizora un programa serio de
crecimiento y control de la masa ganadera. El gobierno centra sus
políticas en un sistema sancionador, contravencional y administrativo en
el que se articulan disímiles comisiones del Ministerio de la
Agricultura y la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, dirigidas
a contrarrestar el sacrificio ilegal de ganado mayor.

Por otra parte, resulta poco estimulante para los productores recibir
pagos de 2.50 pesos en moneda nacional por litro de leche vendido al
Estado y de 8.00 por kilogramo de carne de res de primera categoría.

Esto, cuando en el mercado minorista el precio total de la osamenta
resultante del proceso industrial casi equivale a lo que el Estado paga
al campesino por la res entera, y cuando en el mercado en divisas (único
en el que pueden conseguirse esos productos), la leche y la carne
alcanzan precios que, en pesos cubanos, representan entre 25 y 150 por
litro o kilogramo.

La matanza ilícita de reses se posibilita por un séquito de personas que
intervienen ilegalmente, a los que el gobernante Raúl Castro llamó
"cuatreros vinculados al hurto y sacrificio de ganado mayor y la
comercialización de su carne en el mercado negro".

Para combatir ese mal, se necesita no sólo de la represión y del control
policial rural preventivo, sino también de la implementación de
políticas de incentivos para el desarrollo de la producción ganadera.

Tal vez recuperando la memoria de los tiempos pasados, permitiéndole al
productor el consumo y venta de la carnes de res de forma regulada y
mejorando los precios de compra de ambos productos, comience a verse
pronto la añorada carne y la espumeante leche fresca, que bien necesita
el cubano en su dieta alimentaria.

http://www.cubanet.org/articulos/la-carne-y-la-leche-deben-venir-juntas/

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